viernes, 26 de octubre de 2012

Rainy lake

Imagina estar en un lago.

Imagina que las nubes empiezan a oscurecerlo. Un poco más gris, un poco más nórdico.

¿Recuerdas aquella película? Había cientos de cisnes nadando y ninguno se apartaba a nuestro paso.

La canoa surcaba aquel manto blanco de aves y la lluvia es a quién nosotros sorprende.

Bajamos empapados, justo en una orilla, cerca del granero.
Coges mi mano y corres divertida.

Me encanta tu sonrisa.

Nos pegamos a la pared. Allí nos guarecemos.
Me arrastras hacia otra pared, donde ahora nos mojamos.

Me callas con un suspiro. Un atrevimiento cercano.

Imagina estar bebiendo, de nosotros, en aquel lago.

3 comentarios:

  1. Si te coge de la mano y corre, entonces tú debes correr también. Sólo así el lago parecerá vuestro.


    Pd: Has conseguido que, por un momento, me encuentre en un paraje parecido al de la foto. Hoy aquí no llueve, y extraño la lluvia.

    Un abrazo, Javi.

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  2. Si te calla con un suspiro, tiene el poder.

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  3. A parte del paraje que lo has descrito en pocas palabras muy acertadamente, lo que mas me ha gustado de esta entrada es el sentimiento de felicidad, de estar con una persona cercana y por momentos volver a ser niños; sin preocupaciones por si la lluvia empapa, sin dar explicaciones de porqué esos dos extraños se encontraban en ese sitio tan peculiar. todo eso mezclado con la madurez de un buen escritor merece la pena que cuando puedo tener un rato de descanso me meta en tu blog!

    P.d: la música como siempre genial ;)

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Ecos del pasado