viernes, 19 de octubre de 2012

Nature

Un día desolador. Desolador porque aún no hay sol. Sólo nubes que cubren en su totalidad el cielo. “Nublado”, dicen.

Me acerqué temprano a las montañas. El valle estaba oscuro.
No me gustaba perderme las salidas del sol en octubre. Suelen ser más animadas que en cualquier otra época del año. Sólo mayo podría competir con octubre, pero nada más lejos de la realidad.

Porté un poncho bordado, mis botas altas, y mis pantalones de expedicionaria. No olvidé mis guantes de lana, el pañuelo rojo de mi abuela y mis orejeras. Hacía frío por las mañanas. Por ello, cogí también un termo con un poco de té y galletas integrales. Esperé.

Aquel lugar amanecía todos los años tal y como imaginaba una y otra vez. Aunque pasara el tiempo, cada año era mejor y mejor. Siempre mis aspiraciones quedaban superadas. No puedo nunca dejar de pensar en un cuadro de Friedrich que vi cuando era pequeña y que estoy segura de que él visitó estas montañas para inspirarse.

El aire es puro y algunos animalillos corren juguetones.
Una ardilla se quedó mirándome. Me hacen gracia esos animales. ¡Cómo me gustaría poder domesticar una! La llevaría en mi hombro todo el día. Excepto cuando ella quisiera bajarse, entonces la dejaría ser libre. Aunque no me gustaría que me dejara.

Un rayo de luz cruzó mi frente hasta llegar a mis ojos que se iluminaron durante un instante. Sonreí animada.
Ahora es el momento de sentir y observar cómo el mundo vuelve a nacer.

 
Hay días más especiales que otros. los nublados y lluviosos lo son. Pero sin viento, por favor.



2 comentarios:

  1. Los días de viento suelen ser horribles.
    He oído que mañana llueve, ¿se cumplirá?

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  2. Después de cursar Botánica y oír que llueve sólo puedo pensar en que dentro de dos semanas estará todo el bosque lleno de "fungis" :)

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Ecos del pasado