viernes, 24 de febrero de 2012

Miel


-Deja de hablar y mírame.
Parecía estúpido diciendo todas esas cosas inteligentes y maduras que él solía decir y que yo detestaba que dijera. -Escucha un segundo.
-¿Qué?
-Silencio, no lo oyes.
-No sé  que es lo que…
Cerré su boca con un suave movimiento de mi índice y con la mejor de mis miradas persuasivas.
-¿Lo sientes?


domingo, 19 de febrero de 2012

Ideal

La belleza es una sensación que despierta nuestro interés y agudiza nuestros sentidos.

Estamos en armonía con nosotros mismos cuando dos colores se complementan a la perfección, o cuando la linea de un edificio se curva en un giro de 140º para describir un óvalo sensacional, o cuando vemos el naranja otoñal, el blanco invernal, o el verde primaveral reflejados en parajes y paisajes arbolados.

Bello es aquello que nos deslumbra por las características que tiene. Y no debemos diferenciar la belleza entre hombres y mujeres, pues ¿por qué no puede un hombre ver bello a otro hombre, o una mujer a otra mujer, sin ser juzgado como tal?.
Lo hermoso, hermoso es, y los seres humanos sabemos distinguirlo y apreciarlo, aunque nuestros prejuicios impiden reconocerlo.

Nosotros somos más exquisitos, y los prejuicios nos abordan en cada esquina. El valor de la estética siempre ha ido acompañando a la humanidad desde sus tiempos más remotos, ya sea para mostrar lo que no se es, presumiendo de un estatus que quizá ni te merecieras o simplemente para despertar las envidias de las gentes.

La belleza se transfigura. Quien tiene dinero puede hacerse más hermoso, ¿cómo?, mayores cuidados de la piel, perfumes idílicos, vestidos de seda oriental o trajes de político, relojes brillantes, peinados extravagantes y maquillajes irreales que encubren personas mucho más sencillas y normales de lo que aparentan. ¿Es esta la belleza que valoramos?.

Se preferiría ser hermoso antes que ser bueno, pero, por otra parte, nadie está más dispuesto a  admitir que  es mejor ser bueno que feo.


sábado, 11 de febrero de 2012

Percepciones VI

Daré la bienvenida, con un poco de retraso al mes de los enamorados y de los años bisiestos. Sé que a muchos os gustará febrero, en parte, es un mes mágico y quizá exentando lo comercial del asunto también hay que tener en cuenta que febrero nos abre las puertas a la primavera y es quien nos deja aquellas dulces y deliciosas fresas.
Aquí os dejo la frase que he elegido para este corto mes de febrero:

"El paraíso está donde lo hagas"

Como siempre, este es un espacio donde prima la palabra o la opinión sobre cualquier otra cosa, donde no hay necios, ni sabios.
Cualquier cosa o sensación que os recuerde, lo que os pueda suscitar, lo que queráis comentar, sois libre de hacerlo.

Estaré encantado de escuchar vuestros interiores.




lunes, 6 de febrero de 2012

Siberia


Vienes de lejos sí, pero pasará tiempo hasta que te olvidemos.

Has traído de tan heladas e inhóspitas estepas el susurro más frío que antes había escuchado. Ninguno de nosotros pensaba, que después de un invierno estival marcado por un sol que quemaba, vendría tal estado social de hibernación que nos ha dejado traspuestos.
No veía a deambulantes perdidos, ni a gente por las calles más desoladas que de costumbre. El viento, huracanado, parecía que iba cogiendo fuerza conforme el tiempo pasaba y yo temía por que algo o alguien saliera aquella tarde volando demasiado pronto hacia el cielo.
Los árboles, con dolores en las cervicales han amanecido más borrachos que nunca, y los resquicios de un ligero vendaval se notaban en la ciudad. El viento había terminado de arrancar las pocas hojas que aún permanecían en los árboles de aquel relajante paseo y cubría de un rojo castaño los adoquines apagados de una de mis vías de escape diarias.
Una ráfaga de aire mezclaba los cabellos de dos chicas, uno castaño, perteneciente a una chica muy guapa de ojos verdes, el otro, más oscuro, era el de su compañera. La misma ráfaga tiró el elegante sombrero de una anciana que prefirió presumir de una ajada belleza antes que buscar una solución ante el viento recurrente.

La presencia de Siberia estos días me ha permitido mantener la cabeza bien fría, y ante el descontento general por parte de mucha gente, la verdad, un invierno caluroso puede pasar, pero sin frío sí que no. 
¿Qué sería entonces de nosotros en verano?



Mientras sea el viento del norte el que sople, las cosas irán bien, no habrá de qué preocuparse.