lunes, 24 de septiembre de 2012

Septiembre

No recordaba apenas cómo podías sentirte al notar las ráfagas de aire en tu cara. Unas ráfagas que no pasaban frías, ni heladas, y que no arrastraban llantos ni lamentos.
El viento de aquel día, recuerdo, me calentó las mejillas y las pupilas y me hice prometer recordar aquella fecha. Era 22 de septiembre en aquel entonces y hoy es 24.
Han pasado muchos días desde que volviera a notar esa fuerza invisible en mis pómulos. A diferencia de cualquier otra, ésta era una ráfaga de aire caliente y posiblemente llevase consigo los últimos calores y resquicios del verano. No era para nada molesta. Es más, diría que era realmente placentero poder disfrutar de aquel pequeño vendaval horadando directamente sobre tu piel.

1 comentario:

  1. Como las notas de un piano: triste. Así es para mí septiembre. Se acaba una gran parte de tranquilidad, empiezan las prisas, los agobios, los exámenes, los madrugones… Comienzan las apuestas de sol, la melancolía, el que tus amigos te recriminen que ya no les dedicas tiempo por falta de él para estudiar. Vuelve la soledad, la intranquilidad, las pocas horas de sueño.
    Ya no hay gente tomando un café en las terrazas de las cafeterías, las calles están desiertas, ya nadie sale a correr por las mañanas, la noche se apodera del día. Hay prisas, lluvia y por tanto más accidentes, aglomeraciones, ambientes cargados, más dolores de cabeza, resfriados…
    No me gusta la sensación que me da el mes de septiembre. Parece que el tiempo corre, que se escapa, ya no queda nada para navidad y vuelta a otro año más. Lo mismo de siempre.
    ¡Ay, Javi! Qué nostalgia me da Septiembre.
    ¡Carpe diem!

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Ecos del pasado