sábado, 8 de septiembre de 2012

Sándalo

Paseaba por tus dedos esquivando los surcos únicos de tus huellas.
Quería abarcarte y tenía la sensación de no poder hacerlo más.
El corazón se agitaba y mis ojos se cerraban.

Mil estrellas espléndidas surcaban el cielo punteado.
Todo estaba acompasado por una melodiosa respiración.
Incluso tus parpados parecían nerviosos.

Brillaban ilusiones y emociones varias.
Sándalo es el olor con el que me mirabas.
Ni el alcohol, ni los humos, ni nada de nada

3 comentarios:

  1. Esos momentos son por los que me gusta vivir, te lo juro.

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  2. Ésa es la magia de las pequeñas cosas, que siempre nos parecen especiales.

    Aunque no te comente mucho hace tiempo que te sigo y me gustan mucho tus entradas, tu forma de escribir me encanta. Si quieres puedes pasarte por mi blog derealidadesparalelas.blogspot.com.es/
    Tus comentarios serán bienvenidos. Un beso :)

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  3. Ayer llevé un monedero antiguo para mi piso, el "monedero de la compra". Hacía años que no lo abría. Lo primero que cayó fue un papelito de prueba de colonia, ¿adivinas de qué olor? Me acordé de tu entrada inmediatamente (:
    Me encantan las casualidades.

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Ecos del pasado