sábado, 22 de enero de 2011

4 Notas

Cuando salí por la puerta me metí las manos en los bolsillos, empecé a andar…

Miré el cielo. Buen día hace hoy. Pensé. El sol no proyectaba mi sombra en las calles irregulares de aquel pueblo, las nubes lo tapaban. –Sí, un buen día- Suspiré…

Hacía tiempo que no paseaba tranquilo, despacio, con la única preocupación en la mente de encontrarme a alguien que conocía…se respiraba a humedad, como era habitual, las gaviotas revoloteaban las azoteas de las casas y en algunas calles podías ver esa mancha azul oscura que se extendía hasta lo que ves y un metro más.

Es curioso que en invierno hace buen tiempo aunque esté nublado y las calles se llenan de gente y en verano, un día se nubla, y no se ves a nadie…Aburridos. Pienso. En fin, mejor para mí…

Pasé por el paseo marítimo, vacío, bajé las escaleras que me dejaban en la arena casi de la playa. Metí el calzado en la mochila y con vista en la costa me dispuse a recorrerla.

[Siempre he dicho que el mar puede esconder casi cualquier secreto, que puede brillar u oscurecerse, y, como a mí tanto me gusta puede hacerte pensar. Conmigo es como una relación de dependencia. Nunca me entusiasmó demasiado bañarme en él…siempre he sido más de sentarme en la orilla a mirar.]

El cielo seguía nublado y el viento cálido, se notaba en la piel. Encontré una pequeña viera encajada en la arena y la cogí. Blanca con ligeros toques rosados. Pena que haya sido tan pequeña…Quizá quede bien junto a las demás. Pensé. Con lo que no la tiré y dí la vuelta para volver a casa.

Me paré un momento apretando los dedos en la arena.

-¿Qué hará ella aquí?

Sentada en la arena, tenía un montón de pequeñas piedras a su lado. Le costaría haberlas traído todas allí un buen rato.

Las iba tirando con desolación intentando ver un metro más de la línea del horizonte.

-Hola... Saludé. Pero más que otra cosa quise advertirle que la había descubierto.

-Ho..snif..hola. Apartó un poco la cabeza y se limpió con las finas mangas de su camiseta gris las lágrimas que traicionan a cualquiera que no soporta esconder dolor. -No sabía…que te gustara este lugar.

-Sí, bueno, a veces paseo, por aquí…

-Ven siéntate…

No quise sentarme muy cerca suya, bastante violento me había sentido al haberla visto así…No obstante ella se acercó donde estaba. Cogió mi brazo y se lo llevó hacia sí.

-Por favor, no digas nada…ahora mismo te necesito.

Su mirada se perdía en el mar cuando no cerraba los ojos para olvidar, me acariciaba el brazo, más bien por buscar consuelo en su corazón o llenar el hueco que había aparecido en él. Yo también le correspondía, para que no se sintiera incómoda. Temblaba un poco y sabía que lloraba aunque su pelo me impidiera ver su cara.

-¿Por qué…por qué cuando piensas que nada puede irte mejor, todo se te da la vuelta?…¿por qué, cuando quieres hacerlo lo mejor posible, todo se va a…todo se va…?

-A veces, lo que más queremos, precisamente es lo que menos necesitamos…

Se acercó más a mí y me apretó un poco más, la miré, tenía frío…

-¿Por qué entonces, callas, cuando hablar es lo que tienes que hacer…? Dijo con voz débil.

-Porque quien calla otorga…y eso te ha hecho venir aquí.

-La verdad, contigo frío no se pasa, y estoy a gusto, hueles bien…Por favor, no te vayas…aún…

Sonreí, ligeramente, y terminé de abrazarla, ya juntos. Se quedó dormida.

[El viento soplaba ya a media tarde, el cielo oscurecía y el mar se apagaba. Estar ahí, con ella, sentirte útil, hacer feliz a una persona cuando más lo necesita y al final de todo darte cuenta que ella es quien precisamente tú necesitas…que eres tú quien la está abrazando con fuerza, que eras tú quien eras quien la buscabas cuando salías a darte ese paseo, que eras tú, quien ha decidido saludarla y que eres tú quien ahora debe fingir que “especial” no es una palabra que resuma ese día.]

[Es como cuando cierras los ojos y pulsas lenta y repetidamente un Re, después un Fa #, un La y un Do #. O cuando de repente soplas un diente de león…]

3 comentarios:

  1. Yo tampoco soy mucho del mar, me aterra.
    Pero, tienes razón. Siempre puedes encontrarte con alguien interesante.

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  2. Es bonito cuando sales a buscar tranquilidad y te encuentras con esa persona...
    He ido corriendo al piano a ver cómo sonaban esas notas. Me gusta el toque que da el Do #.
    :)

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  3. (:
    la persona adecuada, el lugar adecuado...me encantan las casualidades, ya lo sabes.

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Ecos del pasado