domingo, 13 de enero de 2013

Firmamento

Me gusta cuando viajábamos juntos en tren.

Tú siempre querías un asiento pegado a la ventana. Aunque fuera también mi preferido, siempre me lo quitabas, y me sacabas esa burla infantil que me hacía reír, esa que añoro, esa que tanto gustaba.

Pasábamos por lugares recónditos y escondidos. No importaba que fuera mar o montaña lo que visitáramos, igualmente todos los paisajes eran coloridos. Y aquel pueblo de pescadores que no salía ni en los más explícitos libros, lo recorrimos expectantes entre salinos y marinos sonidos.

Las horas de viaje las pasabas siempre durmiendo. En cambio yo, incansable junto a ti, las pasaba siempre despierto. Me dejabas libertad en tus horas de sueño y experimentaba insomnios que se hacían eternos. No quería perderme de ti ni un solo momento, ni tan solo un leve gesto. Eras voz y poesía. Eras luz en firmamento
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3 comentarios:

  1. Qué lindo sentir así el amor. Qué hermoso que por ti sientan ese amor.

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  2. Esa sensibilidad tan de aquí. ;-)

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  3. El asiento de la ventana es el más cercano a la calefacción. ¡Es lista!
    Qué bonito ese tipo de insomnio (:

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Ecos del pasado