miércoles, 12 de diciembre de 2012

Con luz propia

Hay fechas que, en ciertos momentos, se nos antojan mucho más importantes que otras. 
Somos referentes del pasado en cuanto echamos la vista atrás y recordamos aquello que ha perdurado en nosotros, por extraño, por curioso, por feo o por romántico.

Claro está que diciembre no está dejando de ser controvertido y a su vez particular y característico. Se ha hablado de un fin del mundo, de calores y fríos. Vientos huracanados y fechas repetitivas que nunca más, hasta pasados 1000 años, volveremos a ver.

Hoy, en cambio, es trece de diciembre de dos mil doce. O lo que viene a ser lo mismo, 13-12-12.

Resulta curioso cómo fracciono mi vida en torno a ti. Pienso en lo lento que pasa el tiempo a veces, y lo rápido que pasan las semanas cuando las palabras vuelan. Esta noche más bien, desearía  trece miradas tímidas y profundas, de esas que acostumbrabas a regalarme y yo me acostumbré a recibir; o quizá doce abrazos secretos, a las dos, a las tres o hasta las cinco de la mañana. No importa. Tentadores son, como doce besos interminables. Uno por cada mes que quiero pasar a tu lado.

Al fin y al cabo, los recuerdos revocan con avidez momentos que dejarías pervivir en tu interior vidas y vidas enteras. Hablo de aquellos que suelen ser difusos, porque son en los que de verdad vives el presente y te olvidas de tu corporeidad dejando escapar emociones que laten con fuerza. Como si brillaran como tus ojos, con luz propia.


1 comentario:

  1. Ainsss...cuando leo cosas así de así se me hace un poco de hueco en tanto que tanto acumulado que tengo. ;-)

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Ecos del pasado