sábado, 12 de marzo de 2011

Fuego

Dos centímetros, mi mar, se funde con tu tierra en miradas de fuego. Si cerramos los ojos se pierde nuestra subdución. Si empezamos a abrir nuestras bocas sólo saldrá calor y magma de ellas en un beso no muy diferente a lo que podría ser una explosión volcánica. Tus labios queman pero no a mí. La temperatura corporal, inmedible, quema la ropa, quema nuestro alrededor. Mi corazón bombea lava, se mueve por terremotos que tú provocas y ante tanta desidia sigo acercándome a ti. Suelto una llamarada que quema tu garganta, respondes con otra que quema todo mi cuerpo. Fuego es lo que recorre mis venas, de ahí su color rojizo, amor el que recorre las tuyas, de ahí ese color de fuego. Soltaría una bocanada de humo que nos recubriera a ambos, así, solos. El sismógrafo se dispara, la aguja tiembla, la tierra tiembla, tiemblo, tiemblas.

Mi mar, tu tierra, subduciendo a escasos centímetros de una explosión volcánica.

3 comentarios:

Ecos del pasado