sábado, 23 de enero de 2010

Gatitos silenciosos

Zissy, mi gatita, vino a darme las buenas noches con su cariño natural y comenzó a lamerme por todas partes. Yo me reía mucho con ella, porque era muy graciosa, tenía mucho pelo y unos ojos muy grandes y verdes, sus zarpas siempre me golpeaban con suavidad la cara diciendo ”juega conmigo”. Y yo como un tonto irresponsable le hacía caso y me ponía a acariciarla hasta que empezase a ronronear lo más fuerte posible.

Son encantadores los gatos cuando se ponen así de cariñosos, pero lo que más me gusta de ellos es que son unos convenidos, cuando no les acaricias tú, van hacia otro para buscar ese calor, como si funcionasen con cariño. Además los gatos no son como los perros en ese sentido, siempre leales a ti, sino que hacen lo que les da la gana, como les da la gana y cuando les da la gana, van a sus anchas y no les importa nada. Me gustaría ser un gato :)

Porque sería ágil, silencioso y suave, sería de color marrón chocolate y tendría mis propios ojos, pero más grandes. Recorrería el mundo en busca de aventuras y pondría ojitos a la gente para que me acariciasen y para que me dieran de comer. No me importaría que lloviera porque eso a mí no me molestaría, yo sería un gato diferente y cambiaría según lo que las personas quieran que sea, para así hacerlas felices.
Estaría noches enteras viendo la luna y pensando cuantas de mis siete vidas gastaría para poder llegar a ella.

Pero…por desgracia, no soy ningún gato…y no puedo hacer esas cosas tan divertidas…simplemente soy un chico con gorrito que acaricia a su gatita pensando... "que afortunada eres, ojala yo fuera como tu"


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Ecos del pasado