domingo, 13 de noviembre de 2011

Vistas de lago

El muelle grita y chirría,

barcos ondulantes y blancos,

mástiles, aún más altos,

elevan mi alegría.

Mirada brillante,

por un sol estancado,

se fija en las aguas,

mar elegante.


Tiempo que apremia,

por vidas estudiantes,

invito a mis ojos,

a seguir viendo lo de antes.


Espero un minuto más,

espero sólo un instante,

hasta despedirme despacio,

de este mundo revosante.


Las máquinas trabajan,

azul las respeta,

aguarda en silencio,

bajo nuestras siluetas.


La noche lo enturbia,

la noche lo cambia,

lo enfada, lo cubre,

pero en mañana se destapa.


Mañana que vivo,

mañana que habito,

sentado en el muelle,

sentado perdido.


[Siempre es de gusto volver a aquella portuaria ciudad]

6 comentarios:

  1. destila un aroma especial las ciudades de barcos varados...

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  2. Siempre nos quedará el mar.
    Y la arena. La arena guarda los secretos de las olas.

    ;)

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  3. Así que ahora la lírica... lírica, pues.
    Las zonas de mar y puerto son un lugar mágico, emblemático de nuestra especie y nuestra cultura.
    Me gustaría ver un puerto atemporal en invierno.

    Jaime

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  4. Lo que yo decía petit poète :)

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  5. he leído muchas entradas tuyas, son preciosas :)

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Ecos del pasado