sábado, 8 de mayo de 2010

Elaine

Que “buena” fue aquella tarde. Pensé. Ni siquiera sabría decir el tiempo que pasé allí.
Es más creo que no llegó a pasar el tiempo mientras estaba sentado en aquel banco. Es curioso, siempre que iba a pensar acababa sentándome en el mismo lugar de siempre, el banco que estaba solitario en el parque, aquel que miraba hacia el lago y daba la espalda a medio mundo. Pero aquella vez necesitaba más que nunca encontrarme a mí mismo, no había sido un golpe fácil de encajar, ni nunca lo sería. Llovía, me sentía inútil, como si no sirviera ya para nada, vivía tan cerca de ella…compartíamos tantas cosas, prometimos tanto…y ahora esto, es asqueroso en serio. Una verdadera mierda. Es fácil recordarla, su piel, de tez blanca, sus ojos…de un azul tan intenso y sus labios, grandes y siempre rojos…Elaine era preciosa. Guapísima. Para mí de las mejores personas que podían existir. Me gustaba tanto su sonrisa, cuando íbamos por la noche al parque siempre me miraba con ojos soñadores y me abrazaba muy fuerte cerrando los ojos y decía que mi alma era demasiado buena para dejarla escapar. A veces se quedaba embobada mirando las estrellas, como esperando a ver una fugaz y me daba rabia cuando me avisaba porque había visto una y a mí no me daba tiempo. Acababa dormida en el banco acurrucada y con la cabeza apoyada en mi pecho. Le gustaba oír mi respiración. Escuchar poesía. Inventarse historias sin fin. Le gustaba el frío y la noche. Le gustaba el calor. Sin embargo ahora…
La vida no sirve para nada cuando alguien pierde una persona como ella, antes podría decir lo mucho que me gustaba, lo mucho que me quería. Ahora ni siquiera existe.
Estoy harto de las injusticias. Antes de suicidarse dejó un papel en su habitación:

“Mentir a la inocencia en vuestra mente dormida, más nunca pienses en la muerte, si no en la vida perdida, palabras resonarán con eco en tu subconsciente, apágalas con valor,asimílalas con honestidad, aprende a perder y empieza a ganar, hostilidad, hipocresía, odio, las encontrarás en este mundo más estoy segura que las borrarás en este periplo que tú y yo creamos, cuando me miraste por primera vez aquel día junto a la muerte”
Perdóname…

Elaine

Arrugaba su carta con fuerza, aún olía a ella, apenas se entendía ya lo que ponía, empapada y mojada por lágrimas desgarradoras de lo que una vez pudo llamarse amor, aún así, seguía allí, en su banco, en nuestro banco. Mojado, mirando al vacío, pues mi fin se encontraba en lo más profundo de aquel lago…



2 comentarios:

  1. jooo! que tristeee :(
    Muy buena pequeño poetecillo.
    Un besiin :).

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  2. Me gusta un montón Javiote :D
    Aunque es bastante triste...
    Sigue siendo asi de chachi ^^
    Besicos

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Ecos del pasado