viernes, 5 de marzo de 2010

Saetas de fuego

Sus ojos apagados por sentimientos de penumbra me miraban tibiamente, me observaban desde la oscura luz de la noche pidiendo que me acercara a ella, eran susurros apagados, palabras sin sonido y emociones sin con eco que soplaban suavemente en mi subconsciente.

Me miras, te miro, nos miramos y me miras y sentimos como nos fundimos en un mismo ser, pensamos igual, en luces, colores y acantilados junto al mar, vemos el mundo de la misma manera y queremos la misma realidad. El aura que formamos, invisible a la vista e intocable al tacto, nos mantiene con vida en nuestras largas noches de soledad viendo la luna y las estrellas pasar, imaginando la utopía de nuestra vida, viajando a la deriva por el mar, besándonos en los días de lluvia y abrazándonos en las noches de verano, queriéndonos en las tardes de otoño, viendo las hojas caer y el cielo oscurecer, pensando en suspiros del alma y juegos de azar, viajando sin rumbo hasta la eternidad…

Cuantas noches habrán pasado sin tu helada presencia, sin tu frío calor azotando nuestro mundo, cuantas noches habrán pasado mirando el cielo con timidez, sintiendo la plenitud del universo y lo que juntos podríamos hacer…

A veces me pregunto porqué el mar nos separó esa noche, porqué nos impedía mirarnos fijamente, porqué nuestro mar rompía nuestra complicidad, rompía nuestros deseos de jugar, porque nosotros no hacemos otra cosa que jugar a enamorarnos, arriesgarnos y ganar, porqué seguimos nuestra propia filosofía de un sueño inacabado al que deseas terminar…

Saetas de fuego recorren nuestros nombres, voces mudas recuerdan nuestra memoria, pensamientos olvidados que acrecientan nuestra vida muestran a dos jóvenes enamorados abrazados ante la inmensidad del océano.

I hope you :)

1 comentario:

Ecos del pasado