domingo, 24 de junio de 2012

Metilo

Me resulta insignificante llegar a pensar en la falta de todo. El pesimismo crónico y absoluto que nos asola cuando creemos que estamos más que acabados y que nuestra vida debería pasar a un segundo plano para sustituir a unos leves cortes que dejarán que la sangre brote de ellos mermando nuestras funciones vitales.

No excuso a nadie, ni siquiera a mi mismo, de alguna situación parecida que pueda incordiarnos de tal forma que reducirnos a la miseria y a lo inmundo sea la mejor solución posible para las personas, o en el peor de los casos, la única solución.

Te recuerdo sin remedio. Es un sentimiento involuntario que me hace estar en paz y sonreir confidencias a la naturaleza.
No es fácil olvidar tus ojos. Pero es algo que me alegra y que se mezcla con las ganas inmensas que tengo de verte en momentos cruciales. Sin duda, harías de ellos, algo memorable. Serían aún más mágicos, porque la magia necesita de una mano y una mente ilustradora, y tú me ilustras y me iluminas con tus facciones de alegría, tensión, júbilo y arrepentimiento.

Estoy tranquilo y sé que tú lo estarás.
Me gusta ver los estragos del tiempo. Te imponen con tanta claridad el escaso poder de tu memoria para sorprenderte cualquier día con aquella sonrisa idealizada que habías perdido entre tus recuerdos.

Mientras hacemos lo posible por olvidar nuestras derrotas, seguimos empeñados en hacer recordar la más grande de las glorias.




2 comentarios:

  1. Que bonito es encontrar a una persona que te haga sentir así.
    El pesimismo es algo que asola a la sociedad actual en la que vivimos, la insatisfacción, la tristeza y las lágrimas producto de grandes depresiones se han convertido en algo natural y normal en muchas personas, no debemos permitir que esto suceda.

    un abrazo,

    me gusto tu entrada

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  2. La quietud activa
    el movimiento estático
    el ruidoso silencio
    el vacío lleno


    Vida: contradicción bien sincronizada.

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Ecos del pasado