Te comparo porque me cuesta creer
que eres única.
Te clasifico e invento, me despierto y te pienso, y después todo lo desmiento.
Quizá seas como el dulce café de las mañanas. ¿O era amargo?
Puede que un oasis en el desierto, aunque yo prefiero llamarte fuente.
Una película sin final, o con un final aún por descubrir.
Dudo si eres una secuoya en un bosque, o un bonsai en un jardín.
Te clasifico e invento, me despierto y te pienso, y después todo lo desmiento.
Quizá seas como el dulce café de las mañanas. ¿O era amargo?
Puede que un oasis en el desierto, aunque yo prefiero llamarte fuente.
Una película sin final, o con un final aún por descubrir.
Dudo si eres una secuoya en un bosque, o un bonsai en un jardín.
No recuerdo si tus pulsaciones viajaban
como un avión o paseaban como ausentes.
Pequeña, ten cuidado. Dicen que sólo duramos un par de millones de pulsaciones.
Mejor disfrutemos lentamente, piano, sin acelerar nuestro corazón. Paseemos por la playa. Observemos las estrellas. Y cuando nos sobren pulsaciones, besémonos despacio hasta el amanecer. Sólo así recuperaremos las pulsaciones perdidas.
Pequeña, ten cuidado. Dicen que sólo duramos un par de millones de pulsaciones.
Mejor disfrutemos lentamente, piano, sin acelerar nuestro corazón. Paseemos por la playa. Observemos las estrellas. Y cuando nos sobren pulsaciones, besémonos despacio hasta el amanecer. Sólo así recuperaremos las pulsaciones perdidas.
Querida, sigues siendo un
precioso piano desafinado.
Se me acaba de marchar una cantidad de pulsaciones que no me puedo permitir; la pena es que esta noche el cielo esté nublado.
ResponderEliminarL.
Nunca me había planteado contar mi vida en pulsaciones, pero tu descripción ha sido tan tierna que me ha hecho replantearme utilizar mis pulsaciones de un modo más productivo.
ResponderEliminarAdoro tu forma de escribir.
Un besín
http://yellowprincess006.blogspot.com.es/