Bienvenidos todos a marzo.
Nuestro mes primaveral.
Lluvioso, según algún que otro refrán.
Comienzan las floraciones de almendros y los campos se tornarán rosados y blancos.
Ceremonias religiosas, allá por sus finales, tendrán lugar en las ciudades, donde la antigüedad, el respeto, la humildad, el rezo y la esperanza serán los protagonistas de aquellas procesiones.
Nuestro mes primaveral.
Lluvioso, según algún que otro refrán.
Comienzan las floraciones de almendros y los campos se tornarán rosados y blancos.
Ceremonias religiosas, allá por sus finales, tendrán lugar en las ciudades, donde la antigüedad, el respeto, la humildad, el rezo y la esperanza serán los protagonistas de aquellas procesiones.
Os pondré esta vez, una frase Nietzsche
que me dio mucho que pensar cuando la vi. Al menos fue la primera vez que pensé
así en la esperanza:
“La esperanza es el peor de
todos los males, pues prolonga el tormento de los hombres”
Como siempre, decir, que este es
un espacio donde prima la palabra o la opinión sobre cualquier otra cosa. Donde
no hay necios, ni sabios.
Cualquier momento que os recuerde, lo que os pueda suscitar, lo que queráis comentar, sois libres de hacerlo.
Cualquier momento que os recuerde, lo que os pueda suscitar, lo que queráis comentar, sois libres de hacerlo.
Estaré encantado de escuchar
vuestros interiores.
una esperanza mal fundada, es sinónimo de ruina
ResponderEliminarEhmmm...pues dejando al margen las procesiones. Creo que los miedos no se eligen y las formas de sobrevivir a ellos, son personales e intransferibles.
ResponderEliminarA mi cerebro le hacen mucha gracia este tipo de entradas.
;-)
Quería comentar también el tema en el que Nietzsche quiso hacer incidencia con esta frase.
ResponderEliminarSe refería al Mito de Pandora. Aquel en el que los dioses guardaron cada uno de los males del mundo en una caja que Pandora debía portar. Los hombres la abrieron dejando escapar todos los males, pero Pandora, apiadándose, logró cerrar la caja antes de que se escapara el último de los males que allí permanecía: la esperanza.
Quizá esto os aclare mucho más.
Vale, aclarado. Y?
ResponderEliminarMi respuesta sigue siendo la misma.
;-)
Jamás había pensado a la esperanza de esa manera. Aún así, me sigue gustando tenerla presente en mi vida.
ResponderEliminarAsí es. Aferrados a la esperanza, no caemos en el mal que nos procura. Como el que prueba el amor. Dependientes. Necesito esperanza, necesito amor, necesito emociones.
ResponderEliminarAdictos a vivir.
Dicen que la esperanza es lo único que se pierde y que, mientras nos quede esperanza, tendremos algo por lo que seguir luchando.
ResponderEliminarEl problema llega cuando no obtenemos lo que esperábamos. ¿Qué pasa entonces? ¿Quién sigue esperando?
"Sólo los necios", quizá.
Sólo los necios.
O los grandes de corazón, según se mire.
:)
PD: Me gusta mucho la cita.
La esperanza prolonga la agonía si la esperanza es necia, si se entiende como una mera idea romántica, pero la esperanza, o las endorfinas, como queramos llamarla, es necesaria para vivir tanto como el aire. ¿Qué sería de los seres humanos sin ella, sabiendo que no hay nada tan cierto como la muerte?. Para mí la esperanza es la manera en la que llamamos a nuestro potencial por realizar, a la mezcla de suerte y de voluntad que hace que lleguemos lo mas lejos posible. Y que hace que, cuando pasen muchos años, alguien en algún lugar diga una sola palabra buena de nosotros. Entonces habrá merecido la pena. Esperar es, al fin y al cabo, seguir y no rendirse. Seguir.
ResponderEliminar