Somos referentes del pasado en cuanto echamos la vista atrás y recordamos
aquello que ha perdurado en nosotros, por extraño, por curioso, por feo o por
romántico.
Claro está que diciembre no está dejando de ser controvertido y a su vez particular y característico. Se ha hablado de un fin del mundo, de calores y fríos. Vientos huracanados y fechas repetitivas que nunca más, hasta pasados 1000 años, volveremos a ver.
Hoy, en cambio, es trece de diciembre de dos mil doce. O lo que viene a ser lo mismo, 13-12-12.
Claro está que diciembre no está dejando de ser controvertido y a su vez particular y característico. Se ha hablado de un fin del mundo, de calores y fríos. Vientos huracanados y fechas repetitivas que nunca más, hasta pasados 1000 años, volveremos a ver.
Hoy, en cambio, es trece de diciembre de dos mil doce. O lo que viene a ser lo mismo, 13-12-12.
Resulta curioso cómo fracciono mi vida en torno a ti. Pienso en lo lento que pasa el tiempo a veces, y lo rápido que pasan las semanas cuando las palabras vuelan. Esta noche más bien, desearía trece miradas tímidas y profundas, de esas que acostumbrabas a regalarme y yo me acostumbré a recibir; o quizá doce abrazos secretos, a las dos, a las tres o hasta las cinco de la mañana. No importa. Tentadores son, como doce besos interminables. Uno por cada mes que quiero pasar a tu lado.
Al fin y al cabo, los recuerdos revocan con avidez momentos que dejarías pervivir en tu interior vidas y vidas enteras. Hablo de aquellos que suelen ser difusos, porque son en los que de verdad vives el presente y te olvidas de tu corporeidad dejando escapar emociones que laten con fuerza. Como si brillaran como tus ojos, con luz propia.
Ainsss...cuando leo cosas así de así se me hace un poco de hueco en tanto que tanto acumulado que tengo. ;-)
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