martes, 18 de febrero de 2014

Historias para no dormir

Tus suspiros empujan las cartas que nunca me atreví a enviarte.
Tenía tanto miedo a mirarte que caminaba por las calles con los ojos vendados
Sabía que podías enamorarme.

Aquel sábado bailabas descalza un blues de madrugada.
Yo intentaba poner palabra a tus movimientos, pero sentía punzadas en mi pecho, como si me consumieras con tu deseo. Eras pura poesía y seducción.

La música siguió sonando, pero para nosotros hacía tiempo que ya estaba parada. Estábamos solos en medio de la nada, como si nuestras miradas furtivas no hubieran sido una simple casualidad.

Y todo comenzó a difuminarse y el alcohol fluyó por nuestras gargantas quemando nuestras ansias de vivir, nuestras penas, nuestros versos. Nos buscamos para acabar con ese fulgor que habíamos creado..

..y acabamos mirando el cielo contando historias para no dormir.